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domingo, 20 de mayo de 2012

ART & BEAUTY y GOG en LEÓN

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(Foto: Salomé Sagüillo)

Fuimos a León a tocar. Un viaje a lo bueno conocido: los amigos, el cocido demoledor, el vino bueno, el acogedor sonido del hielo en las copas de whisky y una banda estupenda, Art& Beauty, con la que compartíamos show y que nos presentó ante la parroquia del lugar. Son, Art&Beauty, un duo persistente y una anomalía deliciosa en un mundillo musical empachado de malas imitaciones y “americana” de saldo o, peor, de salón. Pocos he visto que reinterpreten esa tradición de ultramar que ya es sentimentalmente nuestra, con la delicadeza, el estilo y la maestría que muestra Nacho a la guitarra y las voces, amparado por la sintética y eficaz batería de su compañera Reyes.
Por supuesto los había escuchado ya (muy recomendables “Going Down South” y su anterior y homónimo EP, que se pueden encontrar AQUÍ); los había entrevistado tambiénn, y los apreciaba, pero catarlos en directo fue una revelación. Raramente (incluidos guiris) había encontrado esa mezcla purísima de aspereza y agua limpia como un manantial de montaña, esa caña soterrada y esa sensación de estar asistiendo a algo tan crudo, abierto y real como una herida. No soy un experto en blues, folk, country y otras maneras vernáculas de los Estates, y mi conocimiento en eso, como en casi todo, peca de disperso, maniático y montaraz, pero he escuchado más que suficiente para saber que lo de Nacho es por derecho música de primer nivel, y que no debe ser encajonado entre los voluntariosos copistas sino entre aquellos que, conscientes, han decidido rendir su tributo a un amasijo de géneros donde encuentran las verdades esenciales de la vida.
Una declaración política pues, esa elección, no muy distinta de la que hizo Dylan cuando abriendo los noventa se cascó esos dos soberbios discazos de versiones injustamente olvidados que son “Good as I Been to You” (92) y “World Gone Wrong” (93). Que a Art&Beauty se les vean las costuras y que se incluya un poco de ruido crudo en las interpretaciones no hace sino aumentar su verosimilitud en disco, y en directo la cosa resuena con enorme cercanía y sinceridad. La misma que mostraba Nacho hace un tiempo cuando contestaba a las preguntas de nuestro brazo político, KAPUT, sobre lo que él entonces definía como “real country blues”: “El blues, como el flamenco y muchas otras músicas , son músicas de raíces, ligadas a una zona geográfica determinada. También lo son las muñeiras, la sardana, la jota, las danzas primas asturianas o los zortzikos vascos. Nosotros como no tenemos raíces, hacemos la música que nos da la real gana y en este caso tiramos por el blues más rural y campestre, el que se produjo en su momento con cuatro perras, porque en cuanto hubo dinero de por medio y los bluesmen emigraron a Chicago a formar grandes bandas, se pervirtieron los orígenes de esta música. Lo que está claro es que en el FIB y en el Primavera Sound, que son los festivales que marcan las tendencias en España, suenan los Radiohead esos, no suena ninguna música regional de las que he nombrado y toda la culpa de eso la tiene la Heineken, que es una cerveza malísima”. (La entrevista, muy interesante, podéis consultarla completa AQUÍ)
Yo opino que, por lo general, las músicas de raíz (todas, no sólo las americanas) tienden a ser malinterpretadas y masacradas en versiones limpias, desinfectadas y por ello muy, muy lejanas a la intención original del género. Apaños a cargo de mercenarios o tipos que no se han enterado de nada en los que falta garra, sudor, esencia, desgarro y, al final, verdad. Un verdad que, supongo, empieza por tener los pies anclados en la vida misma, prosigue por el talento para no dejarse envenenar por esa técnica sin alma que tiende a convertir la agonía y la sangre del blues en horchata AOR, y finaliza por exponer la propia visión –aunque sea en músicas de otros- con tanta humildad y chulería como uno pueda. No tan lejos del rock&roll, en esto, ni de ninguna otra música en la que –necesaria la técnica- manden las tripas y el corazón. Esenciales, en cierto modo, ignoro por qué Art&Beauty no tienen una respuesta más amplia entre un público que permanece embobado con medianías de americana en lata mientras le pasan al lado secretas maravillas de este porte. Quizá siempre fue así, y por eso algunos estamos aquí para apuntarlo.

Un tiempo después de este concierto me tragué en Betanzos cuatro temas de un idiota argentino que había venido a dar una especie de clinic de blues. Me bastaron esas cuatro deshidratadas e inanes versiones para desear cortarle la cabeza y ponerla en una pica y para recordar de nuevo, con añoranza, a los Art&Beauty: lo exacto de su enfoque primigenio enturbiado aquí y allá por poluciones de distorsión; lo necesario de su empaque, aun cuando circulen por caminos aparentemente tranquilos; su tensión esencial, su ocasional y subyacente crujido eléctrico, justo un paso.
Pero la vida es injusta: el panoli del argentino oficiaba naderías para un auditorio lleno mientras a Art&Beauty les tocó abrir para nosotros frente a una veintena de fieles (suyos) en una noche inhóspita. Por supuesto a estas alturas de la vida no me voy a auto-reseñar, así que cito al mismo Nacho, que en su comentario en un foro sobre GOG se pasó un poco en el elogio, pero que sabe de lo que habla cuando habla de caña, y tiene el honor de haber escrito la primera reseña conocida sobre lo nuestro: “Conciertazo de Gog y Las Hienas Telepáticas: METIERON UNA CERA BUENA, la peña está muy mayor ya ahora les mola Russian Red y esas movidas. ESTO ERA OTRA COSA, DE VUELTA AL HARDCORE PUNK OCHENTERO! Son una batidora que mezclan a los Dead Kennedys con los Dwarves, pasando por Poison Idea, Mission of Burma y Jesus Lizard con mucho estilo propio. El bateria y el bajista a toda ostia y el guitarra acoplando a saco como debe ser. ME DIJO EL DEL BAR QUE LITERALMENTE "REVENTARON EL LIMITADOR DE LA SALA (…) Aunque no este de moda, aunque a las modernas no les guste, a los folkies tampoco y a los poperos les aberren vuestras guitarras leñeras. HUBO GENTE QUE SE LA GOZO CON EL CONCIERTO, YO ENTRE ELLOS. GRACIAS POR VENIR A TOCAR”.

Gracias a ti, Nacho. En realidad, a nuestra manera inicial, primaria y aberrante, no nos distanciamos tanto de lo que Art&Beauty proponen, aunque lo nuestro esté bastante lejos del blues: tratamos de ser igualmente esenciales y personales a un tiempo y nuestras referencias son igualmente clásicos. Clásicos como Jesus Lizard, Poison Idea, Unsane, Hüsker Dü y otros mil que aunque parezcan estar a años luz de los Muddy Waters o los Robert Johnson hacen ese papel para nosotros. Ese papel de pureza, compromiso, rabia y diversión. Ese papel padres que nos han enseñado algo sobre como vivir la vida sin dejar de divertirse y sin bajar la cerviz. Que lo consigamos o no, depende del trabajo y del talento y está por ver, pero ahí seguimos.
Por desgracia -aunque eso no importe cuando lo otro va bien- esa noche fue floja de público y varios de los presentes se largaron a medio pase, quizá apabullados por un punk rugoso y vomitado que no esperaban. Y por desgracia, también, aunque el garito era chulo y no tenía mal sonido, le faltaban algunas cosas para poder considerarlo un lugar medianamente profesional. Iba a hablar de eso, pero me cansa recordarlo, así que será en otra ocasión.

Last but not least, gracias también a Reyes, a Lera que hizo el sonido, al siempre mitológico Vix Cosmen que nos acogió y nos guio por el mal camino, que es el que nos gusta, A Tejón y a Marta (nuevos fans) por sus ánimos y buen gusto, a quien sea que me pasó la zarpa (no estaba mal) y a la americana perdida que encontramos en el último bar y puso indolente broche de plata a una noche para recordar.
Pronto más ruido, más furia y más… GOG!!!

Fdo: Cowboy Iscariot

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